La emisión monetaria alcanzó niveles récord
La emisión monetaria marcó un récord en marzo al alcanzar los casi $600.000 millones de pesos, una expansión mensual de casi el 35% de la Base Monetaria, explicados por el desarme de Letras de Liquidez (Leliq) y una mayor asistencia del Banco Central al Tesoro para afrontar gastos ante las consecuencias del coronavirus (Covid-19), de acuerdo con cifras oficiales de la autoridad monetaria.
Ante una caída real de la recaudación y la necesidad de asistir a familias y pequeñas y medianas empresas por el congelamiento de la actividad económica provocada por la cuarentena, el Banco Central (BCRA) emitió $596.962 millones durante marzo.
Puntualmente, el Central asistió al Tesoro con $125.000 millones vía adelantos transitorios y con $60.000 millones en concepto de transferencias de utilidades, y más de la mitad ($304.421 millones) fue a parar a los bancos a través del desarme de Leliq.
El objetivo del BCRA fue inyectar liquidez en las entidades financieras para forzarlas a que den ese dinero a pymes con créditos a tasas del 24%, fundamentalmente para el pago de salarios de marzo.
La imposibilidad de acceder a mercados de deuda -tanto local como internacional-, para financiar un aumento del gasto y la preexistencia de un déficit fiscal primario crearon un consenso entre economistas de apelar a «la maquinita», para pagar los gastos que ayuden a salir de la emergencia que trajo la pandemia.
Si bien diversos economistas sostienen que con esta emisión, la posibilidad de generar inflación es baja, podría darse también un aumento de las brechas cambiarias entre la paridad oficial y el Contado Con Liquidación (CCL) o dólar MEP.
«Siempre estuve en contra de la emisión monetaria para financiar gasto, pero hoy no te queda otra herramienta más que esta», aseguró el analista financiero Christian Buteler.
Sin embargo, cuestionó el mecanismo de emisión porque «no llegó a la gente».
«El Central liberó Leliq pensando que iba a ir al mercado pero, por ahora, los bancos están prefiriendo no prestar la plata. No saben si las empresas a las que le pueden prestar se lo van a devolver. Entonces están prefiriendo seguridad antes que rendimiento», afirmó.
Datos del BCRA al 30 de marzo marcan que, de los $596.962 millones emitidos durante el mes, $490.670 millones aún estaban en las cuentas corrientes que los bancos tienen en el Central a tasa cero, muy lejos del rendimiento del 38% anual que les daban las Leliq.
«La plata está. El tema es que se la quedó el intermediario. No llegó a las empresas», afirmó Buteler, y anticipó un posible «cambio de normativa» que obligue a los bancos a prestar ese dinero.
«Tienen que sentarse a negociar con los bancos: o les dan garantías de que les van a devolver el dinero o le encarecen tener la plata en el bolsillo sin prestar», aseguró.
Para Martín Kalos, economista jefe de Elypsis, la emergencia económica hizo «inevitable» la emisión monetaria y «más aún en un contexto inédito y de caída de la recaudación».
Pese a ello, el bajo nivel de emisión monetaria que dejó la gestión de Guido Sandleris al frente del Central y las restricciones cambiarias son motivos para pensar que «es difícil que esta emisión vaya a la inflación en lo inmediato».
«En un contexto de cepo y precios regulados, como tarifas medicamentos y combustibles, lo más probable es que impacte en las brechas cambiarias», sostuvo Kalos.
Por otra parte, opinó que «no era esperable» que los bancos fueran a prestar más dinero «a pesar de que le dieran más liquidez de la que ya tenían» y que «es probable» que comience a operar una política de negociación con los bancos para que cambien de postura.
«Cuanto más se tarde en asistir a esas empresas, más difícil será después rescatarlas si quiebran. El gobierno -apuntó Kalos- debería analizar un respaldo que se transforme en subsidio si las empresas no llegaran a poder devolver el dinero prestado».
Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), descartó que una política monetaria expansiva genere inflación ante «las restricciones al consumo por la cuarentena» y coincidió en que «las presiones vendrán por el lado del mercado cambiario».
En ese sentido, aunque anticipó que habrá que financiar un déficit fiscal primario de 5 puntos del PBI para 2020, «la recesión va a generar un superávit comercial muy importante»
«Además, si pensás que el déficit de turismo se va casi anular, Argentina tendría unos US$ 15.000 millones más de los que se pensaba», afirmó AsiaínF.
Por último, dijo que hay «muchos de sectores no esenciales que tienen gastos mínimos e ingresos nulos tendrán que salir a vender ahorros que tenían que estaban dolarizados. Eso puede ayudar a controlar el mercado».