Otra muerte laboral: trabajador de Rappi se desplomó arriba de la bicicleta

El 26 de octubre en horas de la tarde un trabajador de reparto de 54 años falleció arriba de su bicicleta, con la mochila de Rappi puesta. Además de repartidor, el compañero, migrante peruano, era albañil. Según las cámaras de la Ciudad de Buenos Aires, donde ocurrió el hecho, no hubo choque alguno ni accidente, sino que se desplomó.

Las jornadas laborales extensísimas de 12 horas o mas, de un trabajo a destajo, es decir pedaleando o manejando a toda velocidad para poder hacer mas pedidos y llegar con un ingreso un poco mas nutrido a las casas; manejar mirando el celular porque si no responden rápido las aplicaciones les bloquean las cuentas y quedan sin posibilidades de ningún ingreso; dejando todo para ascender en el sistema de ranking y esperar que haya mas pedidos y turnos mejores pagos que nunca llegan y sin acceso a cobertura medica, sin un apto físico para entrar a trabajar en las empresas de reparto y, por supuesto, sin licencias por enfermedad o ART, son las causales de que un trabajador de cualquier empresa de aplicaciones termine desfalleciendo en el asfalto en plena jornada laboral, lo que nosotros calificamos como un asesinato laboral, el numero 12 en lo que va de la pandemia solamente en Argentina.

Desde la Agrupación de Trabajadores de Reparto (ATR), junto a compañeros y compañeras de mas de 19 países, venimos alertando de esta situación que recorre el mundo, con cuatro paros internacionales y un pliego de reclamos, entregado al Ministerio de Trabajo, que detalla la situación de sobreexplotación. Sin embargo, el gobierno nacional, a través de su ministerio, se declaró incompetente para llevar adelante los reclamos de las y los repartidores. El argumento es el mismo que utilizan las empresas para negar todos los derechos laborales que corresponden: que no son trabajadores y que no hay reconocimiento de la relación laboral.

Es claro que al gobierno no le interesa de ningún modo defender a quienes han declarado como esenciales (pero no trabajadores) y que exponen su vida por un ingreso de hambre. Sino que amparan y apoyan a estas empresas que hoy por hoy se llevan fortunas a costa de las vidas de los trabajadores de reparto y que llevan adelante el modelo de reforma laboral que las demás ramas de la industria quieren replicar.

Hacemos responsables tanto a las empresas como a los diferentes gobiernos nacional y provinciales de cada una de las muertes de trabajadores de reparto. Con una regulación de la actividad que otorgue un salario acorde a las necesidades y un limite en la jornada laboral -que hoy es insalubre y de riesgo- pondrían un freno a la explotación patronal y con ello a las muertes en reparto. Exigimos un resarcimiento económico para las familias de los repartidores fallecidos, que no solo perdieron un familiar en su jornada laboral sino que han tenido que pagar los gastos de sepelio ya que las empresas se lavan las manos.

Es urgente la pelea por ART, cobertura médica, licencias pagas, días de descanso, acceso a baños y puntos de carga de celular, ingreso actualizado acorde a la inflación, seguros de vida, que se termine con el sistema de ranking que fomenta una competencia a costa de la sobreexigencia física y mental de los trabajadores de reparto.

Se pone cada día mas de manifiesto la necesidad de hacer crecer la organización de las y los repartidores para que puedan discutir una regulación de la actividad y un convenio colectivo de trabajo a la medida de sus necesidades y no de las empresas. Es por esto que desde ATR apoyamos e impulsamos todo tipo de espacios de debate, presenciales y virtuales, que sirvan para que cada día seamos mas los repartidores en la lucha por nuestros derechos. Es en este sentido es que impulsamos la convocatoria a una nueva Asamblea Nacional de Trabajadores de Reparto.

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