UNLP: Alta demanda de inscriptos en la primera carrera de Ingeniería Aeroespacial

A partir del ciclo lectivo de 2020, la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) se convirtió en la primera casa de estudios del país en dictar la carrera de Ingeniería Aeroespacial. El Departamento de Aeronáutica de la UNLP fue uno de los primeros en actuar en la actividad espacial en la década del ’60. Sus científicos participaron de los proyectos nacionales más importantes en este campo.

Actualmente se inscribieron casi 250 alumnos y la Ingeniería Aeroespacial tiene una de las mayores demandas, “sólo detrás de Civil, Industrial y Computación”, indicó el vicepresidente del Área Institucional y director del Centro Tecnológico Aeroespacial de la UNLP, Marcos Actis.

Son competencias del ingeniero aeroespacial diseñar, calcular y proyectar aeronaves, vehículos espaciales y toda máquina de vuelo; plantas propulsoras y auxiliares aeronáuticas y espaciales; sistemas de control aeronáuticos; instalaciones aeroportuarias –en aquello que afecte la operación y el funcionamiento de una aeronave y/o sus equipos–, y rutas y líneas de transporte aéreo, entre otras.

“El cambio político hace pensar que esta carrera nos dará la posibilidad de desarrollar cosas en el país”, auguró Actis y enfatizó: “Está claro que Argentina debe ser el líder en Latinoamérica del campo espacial”.

En la misma línea, el director Instituto Balseiro (IB), Mariano Cantero, manifestó que el país es uno de los líderes en el “desarrollo de las telecomunicaciones a nivel regional”. La formación de especialistas en telecomunicaciones es una de las ofertas de grado del Instituto con sede en el Centro Atómico Bariloche, que depende de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

El proyecto de la carrera surgió en 2010 “para satisfacer la demanda de recursos especializados en el área, debido a las necesidades de los grandes proyectos estratégicos de nuestro país: radares primarios, secundarios y meteorológicos, satélites geoestacionarios y de observación de la tierra, Red Federal de Fibra Óptica de ARSAT, Televisión Digital Terrestre y Satelital, y Data Centers de ARSAT, entre otros proyectos del plan Argentina Conectada”. Dos años después comenzaron las actividades de formación, investigación, desarrollo de tecnología e innovación, “en estrecho vínculo con actores de ciencia y tecnología de relevancia, como CNEA, INVAP y ARSAT”.

Las principales áreas de desarrollo asociadas a la carrera son: “óptica no lineal aplicada, redes, sensores de fibra óptica, componentes fotónicos/optoelectrónicos, seguridad informática, comunicaciones cuánticas, radares de control aéreo y meteorológicos, procesamiento de señales”.

“Nuestro país ha experimentado marchas y contramarchas debatiéndose entre ser un país industrializado o exportador de materia primas e importador de tecnología. Esta dicotomía creo que queda cada vez más claramente resuelta: Argentina debe transformarse si demoras en un país industrializado”, manifestó el director del instituto y subrayó: “Es imprescindible desarrollar políticas de Estado que trasciendan gobiernos y permitan movernos en esa dirección por décadas”.

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