La Luna «desapareció» una noche en el año 1110 y los científicos recién descubren por qué

El 5 de mayo de 1110, distintos textos históricos registraron la “desaparición” de la Luna. Nuestro satélite no era visto en el cielo de Europa y nadie sabía por qué. La Crónica de Peterborough (Manuscrito Laud) es prueba de ello: “En el quinto día del mes de mayo apareció la luna que brillaba, y luego, poco a poco, su luz disminuyó, de modo que, tan pronto como llegó la noche, se extinguió tan completamente que no se vio ni la luz, ni el orbe, ni nada en absoluto”. Ese día, el firmamento estaba lleno de estrellas, pero la Luna no se veía en ningún lado.

910 años después de ese episodio, los científicos han obtenido la respuesta a esto. Investigadores de la Universidad de Ginebra han detallado que una erupción volcánica fue culpable de que el astro no sea identificable en los cielos.

Los estudiosos han cruzado información de los registros de la época y han analizado los núcleos de Groenlandia para hallar la solución. En los bloques de hielo se identificó uno de los más grandes depósitos de sulfato que se produjo entre los años 1108 y 1113. Ellos culpan al monte Asama (Japón), cuya mayor erupción se dio en agosto de 1108 y el cual está documentado por un observador japonés.

Las consecuencias del estallido desembocaron en una crisis en Europa occidental durante los años posteriores. Las intensas lluvias provocaron que los cultivos se pierdan en Francia, Bélgica e Inglaterra, llevando a la hambruna a distintos lugares.

Con anterioridad ya se había demostrado que los eclipses lunares totales estaban relacionados con las erupciones volcánicas, incluyendo una en Perú en 1600 (Huaynaputina). Por lo mismo, compararon los resultados del análisis de los núcleos de hielo con los textos europeos de principios del Siglo XII, encontrando “vinculación creíble” con siete eclipses observables desde el continente europeo y registrados históricamente por la NASA: el 17 de septiembre de 1103, el 11 de enero de 1107, el 6 de julio de 1107, el 5 de mayo de 1110, el 8 de agosto de 1114, el 16 de junio de 1117 y el 10 de diciembre de 1117.

El nuevo estudio revela que fue a causa de la densa nube de polvo que cubría el firmamento y no fue perceptible hasta que ocultó detrás de ella la luz de la Luna.

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