Se define la puja por la presidencia de Diputados entre Ritondo y Randazzo

Se acercan horas decisivas en la definición del nuevo presidente de la Cámara de Diputados y ya hay una lucha encarnizada entre el macrismo, que quiere sí o sí ese lugar para Cristian Ritondo, y el elenco de La Libertad Avanza, que prefiere allí a Florencio Randazzo para establecer puentes con el peronismo no kirchnerista, o en su defecto a algún «tapado» de las propias filas libertarias.

El PRO viene colonizando espacios de poder en el Gabinete, aunque aclara que la mayoría de las incorporaciones, como las de Patricia Bullrich en el ministerio de Seguridad o el posible desembarco de Luis Caputo en Economía, no fueron negociadas con el partido amarillo sino que fueron ofrecimientos a título personal. La verdadera obsesión del macrismo es que la silla que hasta el 10 de diciembre ocupará Cecilia Moreau sea concedida a Ritondo.

Desde ese lugar, conjeturan, el PRO podrá ejercer un rol de poder real enhebrando los acuerdos necesarios para el quórum y la obtención de leyes. En cambio, sin la conducción de Diputados, se desdibujaría la influencia del que fuera el principal partido de la oposición.

Y por si acaso dejan trascender que sin ese papel para Ritondo no habrá alianza formal con La Libertad Avanza ni apoyo automático a las leyes que envíe al Congreso el Poder Ejecutivo. Tampoco interlocución con los sectores de Juntos por el Cambio que podrían sumarse al dispositivo de «gobernabilidad» como los radicales de Mendoza, Corrientes y Chaco, y lo diputados de bloques provinciales.

En el entorno de Ritondo se encuentran en estado de alarma, conscientes de que el propio Milei se estaría inclinando por Randazzo (si bien la decisión no está tomada), lo cual rompería una supuesta promesa de palabra que le habría hecho el líder de La Libertad Avanza al bonaerense antes del balotaje.

Cerca suyo repiten como un mantra que el PRO le garantiza a Milei 40 diputados propios (es decir todos los amarillos a excepción de una media docena de díscolos larretistas), que se sumarían a los 38 de La Libertad Avanza, y un puñado más entre los que se encuentran José Luis Espert y Ricardo López Murphy. El interbloque podría tener así entre 80 y 90 diputados, aún muy lejos del quórum de 129, pero al menos sería una base sólida y segura para después pensar en ampliar la base de sustentación.

En cambio, Randazzo no tiene capital propio para ofrecerle a La Libertad Avanza. La retirada de Alejandro «Topo» Rodríguez y de Graciela Camaño del interbloque Federal dejó aún más expuesta la flaqueza política del ex ministro de Interior, que apenas podría sumar a cuatro diputados cordobesistas con terminal política en el gobernador saliente Juan Schiaretti. Demasiado poco para lo que está en juego en el Congreso de la Nación, el espacio donde se cocinarán o no los acuerdos para poner en marcha las políticas de fuerte ajuste fiscal prometidas por Milei.

Natalia de la Sota, que tiene mandato hasta 2025, jugó abiertamente para Sergio Massa en la campaña y armará un bloque propio o se sumará a Unión por la Patria. Los dos socialistas santafesinos, Mónica Fein y el electo Esteban Paulón, también se pronunciaron a favor de Massa y tampoco serán parte del espacio que intente agrupar Randazzo.

La realidad es que no quedará demasiado peronismo por fuera del bloque de 105 diputados de Unión por Patria como para imaginar un reclutamiento exitoso de parte del oriundo de Chivilcoy. En todo caso, la apuesta por Randazzo se explica más por la posibilidad de seducir a diputados de UP que respondan a gobernadores del PJ, de manera tal de romper la alianza panperonista.

El modelo que Milei está analizando con atención es lo que sucedió poco después de la derrota peronista del 2015, cuando una veintena de diputados rompieron lanzas con el Frente para la Victoria, y aunaron esfuerzos con el Frente Renovador de Massa para garantizarle gobernabilidad al Gobierno de Mauricio Macri.

A pocos días de que Milei elija quién sucederá a Moreau, Randazzo aceleró la campaña para sí mismo y sumó adherentes a la causa. Por caso, se fotografió con el diputado electo por Tucumán de La Libertad Avanza Ricardo Bussi, hijo del represor Antonio Bussi y defensor de la actuación de las Fuerzas Armadas en la última dictadura cívico militar.

Cerca de Randazzo aseguran que los votos del PRO ya están asegurados, más allá de si le otorgan o no al partido amarillo la presidencia de Diputados. En cambio, Randazzo le permitiría a Milei seguir ampliando en volumen parlamentario y acuerdos con otros espacios.

Si bien Ritondo y Randazzo son los principales candidatos a quedarse con el sillón de la presidencia de Diputados, la lista no se agota allí. «Los candidatos a presidir no son solamente Florencio Randazzo y Cristian Ritondo. El lunes vamos a sentarnos y discutir quién es el presidente», dijo el legislador de la Ciudad de Buenos Aires en declaraciones radiales.

Con menos intensidad a aquellos dos suena Miguel Pichetto como opción. Y de parte de La Libertad Avanza hay otros nombres de «tapados» que se suman al bolillero como el propio Zago, la periodista Marcela Pagano, el riojano Martín Menem y la bonaerense Juliana Santillán. El problema es que ninguno de ellos tiene experiencia en el Congreso nacional. Solamente Zago puede jactarse de tener rodaje parlamentario, pero en la Legislatura porteña, por lo que no conoce ni a los actores de la Cámara de Diputados ni la dinámica de funcionamiento.

La desventaja de que la conducción de la Cámara baja recaiga en alguien de La Libertad Avanza es justamente la falta de conocimiento. Ni siquiera los 38 diputados de la Libertad Avanza se conocen entre sí, más allá de algunas excepciones. Pero además, si la presidencia fuera para el liberalismo, se estaría desaprovechando la posibilidad de sumar aliados.

Otra variable a tener en cuenta la hora de seleccionar el próximo presidente de la Cámara de Diputados es la actitud que vaya a tomar el principal partido de la oposición, que será Unión por la Patria. Por ahora, el bloque que preside Germán Martínez no dio pistas de cómo va a jugar, pero se respetaría el criterio de que el oficialismo es el que pone al presidente aunque no tenga la primera minoría, y la oposición da el aval correspondiente.

Sin embargo, desde UP dejaron trascender que ni Ritondo ni Randazzo forman parte de La Libertad Avanza y que al no ser oficialistas no debería haber luz verde para ellos. Para poder designar un presidente, se necesitan 129 votos y Milei no los tiene, por lo que necesitará imprescindiblemente del consentimiento de Unión por la Patria.

Para no llegar al papelón de una sesión preparatoria en la que el peronismo vete al candidato propuesto por el presidente electo, habrán intensas negociaciones previas en los próximos días entre el nuevo oficialismo y la nueva oposición donde se pondrán de acuerdo para consagrar al futuro titular de la Cámara de Diputados.

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