Por la pandemia, Europa cambia sus costumbres en estas fiestas de fin de año

Un inédito adelanto en el horario de la tradicional Misa de Gallo papal de Nochebuena, órdenes de improbable comprobación sobre la cantidad de comensales que podrá haber en las mesas navideñas parisinas y un alejamiento de su familia de la reina Isabel II son algunas de los cambios de las costumbres europeas para estas fiestas por el recrudecimiento de la pandemia.

La celebración de la famosa misa que el Papa ofrece todos los 24 de diciembre a las 21.30 pasó esta vez a las 19.30 (las 15.30 en la Argentina) debido a varias restricciones de movilidad nocturna ordenadas por el Gobierno italiano, informó la Santa Sede.

Tanto los Gobiernos europeos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) instaron a no bajar la guardia en estas fiestas, pese a las ganas que pueda tener la gente de reencontrarse con sus seres queridos y relajarse tras un año tan complicado.

«Si tenemos demasiados contactos ahora, antes de Navidad, y luego resulta ser la última Navidad con los abuelos, habremos pasado algo por alto», advirtió días atrás con emoción la canciller alemana, Angela Merkel, reseñó la agencia de noticias AFP.

La apelación de Merkel -una gobernante más próxima a la orden lisa y llana que a la apelación y la búsqueda de sentimientos- marca la preocupación que las autoridades europeas tienen respecto de la llegada de las fiestas de fin de año, que podrían transformarse en un «caldo de cultivo» mortal para la población.

Las medidas

Bélgica es el país que más ha limitado el número de comensales en Navidad: un invitado por hogar, dos para las personas que vivan solas, ytambién tendrá toque de queda desde la medianoche hasta las 5.

Luxemburgo autorizó dos invitados por casa en Navidad e impuso un toque de quedade 23 a 6 en las dos fechas: 24 y 31 de diciembre.

• En Francia, en tanto, no podrá haber más de seis personas sentadas a la mesa de Nochebuena y entrará en vigencia un toque de queda a partir de las 20, salvo el 24 de diciembre. La medida sí se impondrá el 31.

En paralelo, los comercios no esenciales franceses volvieron a abrir con motivo de la temporada navideña, pero los restaurantes y las salas de espectáculo siguen cerrados.

• Los noruegos, por su parte, han flexibilizado sus restricciones para las fiestas y permiten reuniones de hasta diez personas. «Deberán improvisar y quizá alargar un poco la mesa», declaró la primera ministra, Erna Solberg.

• En el Reino Unidolas reuniones familiares podrán convocar a personas que habiten hasta tres hogares como máximo y estas estarán permitidas entre el 23 y 27 de diciembre.

Las medidas de precaución alcanzarán hasta la familia real: la reina Isabel II y su esposo, el príncipe Felipe, pasarán la Navidad en el castillo de Windsor -algo excepcional- y no en familia, en su residencia de Sandringham.

• En el caso de Italiael Gobierno adoptó reglas muy restrictivas para los desplazamientos, prohibidos entre regiones del 21 de diciembre al 6 de enero, y entre ciudades, los días 25 y 26 de diciembre y el 1 de enero. En ese contexto, se mantiene el toque de queda de 22 a 5, que se prolongará hasta las 7 en Año Nuevo.

• En España, en tanto, el Gobierno pidió que se eviten los desplazamientos entre regiones, salvo cuando se trate de visitas familiares, y el 31 los madrileños no podrán comer las doce uvas a medianoche en la Puerta del Sol para dar la bienvenida al 2021.

Alemania, que ya había cerrado restaurantes, bares, lugares culturales y recintos deportivos, también ordenó el cierre de los comercios no esenciales la semana pasada y prohibió la venta de alcohol en la vía pública, con lo que no podrán trabajar los tradicionales puestos de vino caliente.

• En Suiza, donde los restaurantes podrán cerrar más tarde por Año Nuevo, se prohibieron los cantos litúrgicos en las iglesias, una tradición que se repite año a año con precisión propia del país.

Grecia también reabrirá sus templos católicos, pero limitó a nueve el máximo de asistentes en las iglesias y a 25 en las catedrales.

Uno de los objetivos centrales de estas políticas es evitar una saturación de los sistemas sanitarios.

En Bélgica y Holanda se prohibieron los fuegos artificiales para no sobrecargar los servicios de urgencias con eventuales heridos, mientras que Londres y París suspendieron los castillos de fuegos artificiales con los que suelen recibir el nuevo año.

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