Los perros también se contagian los bostezos

Bostezar es un acto reflejo involuntario que produce la circulación sanguínea intracraneal y el enfriamiento del cerebro. La acción de bostezar no solo se da en humanos, sino en todos los animales vertebrados, lo que indica que la acción ha sido seleccionada y posee cierto sentido evolutivo.

Un equipo de científicos de la Universidad de Londres ha podido comprobar cómo 21 de los 29 perros estudiados caían rendidos bajo la influencia contagiosa del bostezo de un humano familiar. Este efecto magnético funcionaba mejor cuando el autor de la llamativa inspiración era una persona conocida para el can.

El influjo embaucador que tiene esta señal de cansancio para el perro ha sido incluso cuantificado por un grupo de científicos de la Universidad de Lund, en Suecia. Más de la mitad de los perros son contagiados por el bostezo humano –misma frecuencia que los científicos otorgan a las personas-. Y, por si ese dato fuera poco: los canes no solo repiten el bostezo humano, sino que también quedan atrapados por el sentimiento de cansancio o relajo de la persona que los emite, aseguran estos expertos.

Para descartar que los perros bostezaran por una situación de estrés, también se midió su ritmo cardíaco durante la prueba, que no varió durante los momentos de bostezo. Aún así, los científicos no concluyen que los mecanismos humanos y animales para bostezar sean los mismos y apuntan a la necesidad de más estudios.

 

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