Cambio en el Vaticano: Los trabajadores no religiosos pueden leer mensajes de fieles en las audiencias

El papa Francisco decidió incorporar desde este miércoles a hombres y mujeres no religiosos que trabajen en el Vaticano a la lectura de los saludos a los fieles, uno de los tramos centrales de sus audiencias semanales, al tiempo que renovó su pedido para que se faciliten los trámites para la adopción de niños.

«A partir del miércoles 5 de enero, en la Audiencia General, también estarán presentes para la lectura de los saludos en los diferentes idiomas, empleados, hombres y mujeres, religiosos y laicos, de algunos Dicasterios de la Curia Romana», informó el Vaticano en un comunicado.

La lectura de los saludos pontificios en varios idiomas (francés, inglés, alemán, español, portugués, árabe y polaco) estaba reservada a sacerdotes de la Secretaría de Estado del Vaticano.

Por ejemplo, durante la audiencia de este miércoles, los saludos en español fueron leídos por Andrea Lorena Chacon, una misionera eucarística, en vez del habitual sacerdote encargado de los saludos a los fieles de la lengua del pontífice.

En la audiencia, el Papa dedicó su tradicional catequesis a pedir «a las instituciones» que ayuden a las personas que quieren adoptar un hijo.

«Espero que las instituciones estén siempre dispuestas a ayudar en este sentido, estando atentos con seriedad pero también simplificando el proceso necesario para que el sueño de muchos pequeños que necesitan una familia se haga realidad, y muchos esposos que deseen entregarse en el amor», planteó Francisco.

En mayo de 2019 el Papa ya había lamentado que «muchas veces hay personas que quieren adoptar niños, pero existe una burocracia masiva», frente a lo que convocó a crear «una cultura de adopción».

Tras su catequesis de la jornada, el Papa fue homenajeado con un espectáculo de circo con más de 25 artistas en escena, que -en su número de cerca de cinco minutos- incluyó una versión de la clásica canción «The Trooper», de la banda de heavy metal Iron Maiden, jamás reproducida dentro del Vaticano.

Si bien tradicionalmente las audiencias generales de los miércoles se hacían en Plaza San Pedro, la pandemia de coronavirus obligó al pontífice primero a cancelar la participación de público y luego a trasladarlas a la denominada Sala Nervi del Aula Pablo VI, un espacio cerrado dentro del Vaticano con capacidad para unas 6.500 personas, donde se desarrollan actualmente.

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