Campaña para prevenir una intoxicación por monóxido de carbono
La llegada del invierno en momentos en que hay más personas en su hogar por la pandemia del coronavirus y las dificultades por contratar servicios técnicos profundizan los cuidados que hay que tener todos los años para prevenir el peligro de intoxicación por monóxido de carbono, indicó a Télam el médico neumonólogo Daniel Buljubasich, que desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, entidad que presidió, recordó algunos de los consejos a seguir para evitar este peligro.
Cuando llegan las bajas temperaturas se realizan campañas de prevención por el peligro de intoxicación por mal uso de las distintas formas de calefacción hogareña, pero todos los años se producen tragedias que podrían haberse evitado,
«Existe una sensación, que se da en otros órdenes de la vida que tiene que ver con la imprevisión. Siempre el frío nos toma de sorpresa. Es poco frecuente que alguien revise los elementos solo por rutina. Esperamos que anden mal para hacerlos ver. El trabajo es caro y a veces engorroso, cuesta conseguir un gasista en pleno inicio del invierno», contó Buljubasich.
Este año el aislamiento social, debido a la pandemia, sumado a las bajas temperaturas del invierno requiere que haya más cuidado y control no solo por la presencia casi permanente en el hogar y las condiciones de teletrabajo de muchas personas, sino también por las dificultades para contratar servicios técnicos. De todas maneras hay que tener presente que las empresas prestadoras de gas cuentan con atención técnica y de consulta permanente.
«Hay alrededor de 1000 intoxicados cada año con un promedio de 200 muertes, cifra que se mantiene estable en los últimos años. Este año no tenemos cifras todavía. No hay evidencias de que haya aumentado, cosa que podría inferirse ya que el invierno es mas intenso que lo habitual y hay mas gente en su hogar. Pero no tenemos números», indicó el médico.
El monóxido de carbono constituye una de las principales causas de muerte por envenenamiento para todas las edades, tanto en Argentina como a nivel mundial. Se trata de un gas tóxico, menos denso que el aire y que se dispersa con facilidad. A su alta toxicidad se suma la peligrosidad de pasar desapercibido, al ser inodoro, incoloro y no irritar las mucosas.
Sobre los peligros en relación a las distintas formas de calefacción, Buljubasich indicó que «no hay una que sea más peligrosa que otra».
«Calderas, parrilas de carbón, distintos tipos de elementos de cocción, calentadores de agua, chimeneas, generadores portátiles, cocinas a leña, todas son fuentes de intoxicación. La más peligrosa, en todo caso, es la que usemos en condiciones inadecuadas», añadió
Si hay alguna fuente de producción de CO en funcionamiento y comienza a sentir dolor de cabeza y somnolencia se debe sospechar de una intoxicación. Los síntomas pueden incluir, además de dolor de cabeza, mareos y dificultad para respirar.
Ante la sospecha de intoxicación por CO se debe apagar la estufa y artefactos a gas inmediatamente abriendo puertas y ventanas. Lo recomendable es asistir a una guardia médica para descartar o realizar el tratamiento necesario.
Se debe tomar consiencia de la importancia de reducir las condiciones para que no se genere la posibilidad de intoxicación por monóxido de carbono.