Doble Femicidio de Lanús, el sospechoso confesó: «Actué sólo y las enterré yo».

“A Cristina la maté porque empezamos a discutir porque yo no quería tener relaciones. A la nena la maté porque se despertó. Actué sólo y las enterré yo» así de siniestras, de crudas y horrendas fueron las palabras de Abel Romero, el único imputado por el doble femicidio de Lanús, que se quebró y confesó ante la Justicia.

Según fuentes del caso indicaron que el hombre,  que fue aprehendido recién el sábado por la tarde, cuando la Policía lo detuvo porque pensaba que estaba violando el aislamiento obligatorio decretado por el Gobierno «Confesó que asesinó a su pareja luego de una discusión que tuvieron mientras estaban ‘empastillados’ y que mató a la nena para no dejar testigos».

En una primera declaración -sin valor judicial-, Romero aseguró que otros tres hombres habían ingresado al domicilio y que fueron ellos quienes las asesinaron. Luego, sostuvo que lo amenazaron y obligaron a limpiar toda la escena del crimen.

Su situación procesal se complicó el domingo por la tarde, cuando la Policía encontró los cuerpos de Cristina y Ada enterrados en el fondo del patio de la vivienda de la víctima. «Luego del hallazgo de los cadáveres, se cortó un trozo de la sábana que envolvía el cuerpo de la nena. Los entrenadores se lo dieron a olfatear a Bruno que, en la comisaría, fue directo a marcar al imputado».

Bruno, conocido como el «Messi» de la división canina de la Secretaría de Seguridad de Escobar incriminó al único imputado. Esto, de acuerdo a lo que los entrenadores le explicaron al fiscal de la causa -Jorge Grieco-, indica que Romero fue la última persona que tuvo contacto con la sábana que envolvía el cuerpo de la nena de siete años.

En tanto, los primeros resultados de las autopsias que se llevaron adelante en la morgue judicial de Lomas de Zamora confirmaron que Iglesias, de cuarenta años, presentaba entre cinco y siete puñaladas. El cuerpo de la nena, en tanto, tenía dos o tres heridas de arma blanca y signos de asfixia. Se espera que el fiscal impute a Romero por «doble homicidio agravado por haber mediado violencia de género».

El Caso

Cristina estuvo dos días desaparecida junto con su hija de siete años, Ada. Fue su hija mayor, Dolores, quien notó el jueves que los mensajes que le escribía su mamá eran extraños. No parecía ella. Se negaba a hacer videollamadas. Algo estaba sucediendo y decidió ir a la casa de su madre. Al llegar, estaba todo revuelto. La Policía le pidió que esperara para hacer la denuncia, por si volvía.

Cristina había empezado una relación con un hombre del barrio, que vivía a pocas cuadras, en una habitación de la casa de su hermana. Después de que se decretara el aislamiento obligatorio, decidieron –siempre de acuerdo a su versión de los hechos- hacerlo en la casa de Cristina. Al llegar, su hija encontró el lugar revuelto. El hombre, ahora identificado como Abel Romero, le dijo que no sabía nada, que su madre se había “ido a pasar la cuarentena con unas amigas” y que se había llevado a su hermanita. Romero se esfumó.

Después de radicar la denuncia, la familia comenzó una activa búsqueda desde las redes sociales. La Policía Científica confirmó que el dormitorio de Cristina había sido “lavado” y se detectaron manchas de sangre en el piso y paredes. Habían limpiado hasta el colchón.

En la tarde del sábado, Romero fue detenido; no por el doble femicidio, sino por violar el aislamiento decretado por el Gobierno. En un principio negó todo. La causa, hasta ese momento, llevaba la carátula de “averiguación de paradero”. En su casa encontraron las llaves de Cristina y su documento. Dijo que lo tenía porque le cobraba la AUH, pero la víctima no era beneficiaria del plan.

No fue hasta que la Policía encontró los cuerpos de Cristina y Ada enterrados en el fondo de su casa que habló del crimen. Aseguró que otros tres hombres ingresaron al lugar, las asesinaron y que antes de irse lo amenazaron con matarlo si no limpiaba la escena del crimen.

Desde que comenzó el aislamiento obligatorio –hace sólo ocho días-, ya se contabilizaron al menos ocho víctimas de femicidios en nuestro país. Hay otros cuatro casos que están siendo investigados.

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