Entrevista| Patricia Bottale y el desafió de escribir sobre la masculinidad en tiempos de empoderamiento femenino

En épocas donde el empoderamiento de la mujer ha tomada una notable e importante trascendencia. Donde el rol del género femenino, sus derechos y la disputa por una visibilidad aún mayor en medio de una sociedad sesgada culturalmente por un innegable patriarcado, aparece una escritora que rompe el molde y se atreve a “patear el tablero”.

Patricia Bottale, es rosarina. Divide su tiempo entre la cuna de la bandera y el vecino Uruguay, especialista en narrativa y poesía, irrumpe en escena como una “rebelde” que se anima a indagar sobre los sentimientos profundos del hombre. Examina esos fantasmas que surcan sus almas, bucea en un viaje, mitad ficción mitad realidad, hacía los recovecos de la memoria del horror, en busca acaso de las raíces y lo inevitable.

Así nace “Sin Rouge”, una serie de cuentos que intentan mostrar al hombre desnudo ante su yo íntimo y cómo es el transitar de la especie, en un mundo que se dispone a darle a la mujer el espacio que, quizás, nunca tuvo.

Con ella dialogamos de manera exclusiva en CIncoDIas para que nos relate sobre esta empresa que, como el salmón, intenta desandar un camino que apunta hacia el otro lado de la corriente.

“La idea es que hay que ir descubriendo este libro. Son muchas historias donde siempre el protagonista es un hombre. Quise involucrarme en los miedos, en las tracciones, en cada circunstancia que pueden llegar a vivir” explica sobre su composición.

La intención es que cada uno de los personajes que ofician de protagonistas pueda ser cualquiera de los lectores que se sumerjan en su lectura. Un detalle no menor es la portada (NR: Diseño de Gustavo Macri) que nos muestra a hombre sin ojos, un ser que no es nadie en particular pero acaso puede ser todos a la vez. “La analogía del retrato ayuno de mirada me pareció genial. Porque este tiempo, en los que andamos con tapabocas, nos ha demostrado de la importancia de nuestros ojos, de la mirada. Es lo que nos identifica. Uno siempre reconoce una mirada aun cuando el resto del rostro este cubierto” confiesa la autora.

Bottale manifiesta celebrar la lucha femenina en lo que respecta a los derechos y el flagelo de los femicidios, no obstante algo dentro de ella la llevó a indagar en el “mundo masculino”: “El hombre a lo largo de la historia ha sufrido muchas presiones también. No, lógico,  al nivel físico al que están sometidas las mujeres lamentablemente en la actualidad, pero si tal vez culturalmente. Muchos fueron educados por madres y abuelas que, por su propia experiencia, han terminado criando hijos machistas. Entonces porque no meterse en ese mundo donde el hombre ha sido presionado por ser el abastecedor, el que iba a las guerras, el que no podía llorar. Yo no creo en el hombre o la mujer como una lucha, sino como un complemento”.

En lo que respecta a la estructura, la autora señala que algunos de esos cuentos han sido escritos en tercera persona lo que “me permitió volar con la imaginación” y otros casos están escritos en primera persona “lo que fue más difícil ya que tuve que ponerme en la piel del hombre”.

“Fue como un juego, era componer un personaje y hacerlo creíble. Casi un trabajo electoral” relata.

Bottale se permite analizar el presente del hombre, en éste cambio de paradigma que transita, donde la reconstrucción es una de las tareas más complejas, donde debe abandonar una esencia cultural que lo acompañó desde casi siempre y aggiornarse a un presente donde la perspectiva de género implica mucho más que un título: “Creo que este es un tiempo que funciona como una posta en el camino del ser humano. Hay que tener la cabeza abierta para muchos cambios. No sólo en lo que respecta a sus roles, que ya lo ha empezado a transitar, con cierto disfrute de, por ejemplo, poder cambiar un pañal o incursionar en trabajos que antes eran impensados. Estamos en una etapa de muchos cambios y aquel que no tenga la mente abierta se va quedando atrás”.

La Pandemia entra en la charla casi sin pedir permiso. El vivir aislado por unos meses, fue para la entrevistada una sensación especial. Una mente creativa presa entre una par de paredes no fue una tarea sencilla de sobrellevar. Aparece entonces la literatura como balsa para poder surfear ese océano desconocido y solitario: “Las cosas difíciles son aprendizajes. Creo que el libro se ha convertido en un refugio. Es tan difícil la realidad planetaria que nos toca vivir, que ese rato en donde el lector se sumerge en una historia, en algo diferente que lo haga imaginar y salir de su cotidianidad  es algo fabuloso. Eso para mí es un incentivo, me gusta generar emociones en el lector”.

Navegando por los caminos de la infancia y de cómo esa niña rosarina llegó a convertirse en una de las escritoras de la Editorial Planeta, Bottale confiesa que “si bien existió una predestinación, no surgió sola, tuvo un originante que la disparó, en mi caso, fue mi mamá. Ella era gran lectora y redactora de publicidad. Fue la que me puso un libro por primera vez en la mano, incluso antes de que mi nariz llegara a la altura de la mensa de la cocina. Esa costumbre de irme a la cama con un libro te hace abrir la cabeza un mundo nuevo. Luego llega un momento en que todo ese caudal que uno lee, termina llevándote a probar uno mismo el intentar escribir, a plasmar en un papel tus propios sentimientos”.

En esa mezcla de nostalgia y recuerdos de infancia aparece el título que la marcaría por el resto de sus días: “Tom Sawyer fue uno de los primeros libros que leí, luego estaba la edición completa de Iridium, una colección de novelas juveniles donde estaban “Hola ¿Luc?, aquí Martina” o “Verónica al timón”. Éste último, por ejemplo, me hizo amar el navegar y hace unos años atrás cumplí  esa materia pendiente de realizar el curso de navegación, algo que siempre soñé hacer desde que leí ese libro”.

Claro que “Sin Rouge” no es la única obra que salió del ideario mágico de Bottale, entre sus creaciones figuran Cati Tarsitano, una artista, Todas, Costa Bouchard, El otro espejo, Un lugar para Francisco, seis antologías de sus talleres y participación en antologías de Argentina y Uruguay.

En este sentido reconoce que, como les sucede a muchos grandes escritores, el libro que lo lleva al reconocimiento masivo, no siempre condice con el que consideran su mejor creación. La autora no escapa a este inciso y resalta que “muchas veces una obra tiene mejor difusión, entonces tiene mayor alcance con otra que tal vez puede contener una elaboración más satisfactoria. En mi caso me gusta mucho la poesía que contiene “Un lugar para Francisco” no es melosa, sino de esa poesía que te deja tecleando. También me resultó fascinante poder escribir la historia del Capitán Hipólito Bouchard, un héroe anónimo de nuestra tierra. Creo que es una vida muy interesante y tendría que estar entre los héroes de la Patria, pero es desconocido”.

Sobre el cierre Bottale confiesa que, mientras disfruta del éxito de su obra reciente, su imaginación no descansa y que “siempre se me están ocurriendo cosas, un escritor se vuelve muy observador y de cada momento tiene algo para escribir” y adelante detalles de dos nuevas creaciones: un cuento donde el protagonista se enamora del lector y, por otro lado, una novela en donde repasa la historia del Imperio Inca, con saltos temporales que nos llevan desde el apogeo de su reinado hasta la realidad que viven en la actualidad. Sin dudas dos lanzamientos más que interesantes para no dejar de experimentar las infinitas posibilidades de la palabra cuando es utilizada con maestría.

 

 

 

Para CincoDias por Juan José Postararo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *