«No todo es color de rosa es el lema de las 30 artesanas de Amalas que desfilarán este fin de semana de carnaval con marionetas gigantes, la mayoría representando animales «que expresan situaciones con humor e ironía, y en constante interacción con el público», explicó a Télam, Fernanda Martínez, que coordina la agrupación junto a Julia Sigliano, Laura Khalloub y Luciana Maccaroni.

«Desde que nació la agrupación intentamos crear personajes y temáticas que, de una manera u otra, tienen relación con nuestro territorio, con lo local; que nos interpelen. E interactuamos con el público para que también exista un ida y vuelta entre lo que queremos decir y lo que recibe el público», agregó Martínez.

En Amala hay mujeres de entre 14 y 70 años y también hay niñas y niños.

Además de artesanas ellas son estudiantes, docentes, jubiladas, artistas visuales, actrices, masajistas, comunicadoras, cineastas, diseñadoras de indumentaria, arquitectas.

La agrupación «nació en 2019 con la idea de abrir un espacio para la creación. Nunca antes las mujeres participaron oficialmente en el rubro cartapesta, creemos que siempre estuvieron, siempre trabajaron a la par de los artesanos, pero no las conocíamos con nombre y apellido», destacaron las coordinadoras y apuntaron que por eso, el nacimiento de Amalas «tuvo que ver con mostrarnos, hacernos visibles como mujeres creadoras».

Las mujeres siempre estuvieron en el carnaval de Lincoln pero su rol «siempre fue más visible en rubros como comparsas (ya sea como bailarinas o tocando en alguna batucada), reinas -ahora llamadas embajadoras-, trabajadoras en los puestos de comidas o carros musicales», contaron las artistas.

Martínez destacó que la agrupación es también una red de contención: «En nuestro espacio de trabajo no solamente armamos motivos para carnaval. Acá se generan vínculos de amistad; hablamos mucho de lo que nos pasa; aprendemos unas de otras; nos aconsejamos».

Para Natalia Berzoni, una de las integrantes de Amalas, ser parte del espacio «significa aprendizaje, intercambio, crecimiento, sentido de pertenencia, amorosidad, convivencia, liberación. Demostración pacífica de la potencialidad individual, grupal y de género. Inspiración y creatividad».

También para otra integrante, Analía Arana, consideró que ser parte del grupo de creadoras «es la unión de individualidades que hacen un todo en amor y respeto mutuo».

Ellas se juntan durante todo el año para pensar el próximo carnaval, diseñar y crear las marionetas, y esos encuentros son también de contención.

Son las primeras en salir al desfile de carnaval ya que «años atrás hubo una batucada de mujeres que se llamó Meninas, que estaba buenísima. Lamentablemente no siguió. Hubiera estado buenísimo salir con ellas a carnavalear», compartieron las coordinadoras.

Amalas recibió esta semana uno de los premios del el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, en el marco del programa Carnaval es Cultura, que ellas destinarán «a formalizar la agrupación», que pudo participar del carnaval en 2019, pero luego la pandemia de covid 19 interrumpió los festejos, por lo que ahora retomarán la experiencia.

«Sería maravilloso que con el pasar del tiempo no sólo puedan sumarse más mujeres a nuestra agrupación, sino que también sea un disparador para que otras comiencen a crear sus propios motivos de carrozas, máscaras, marionetas», dijo Martínez.

Desde 1994 Lincoln es la Capital Nacional del Carnaval Artesanal.

Su historia se remonta al año 1928, cuando el profesor Enrique Urcola incorporó técnicas que desarrollaba en el Taller de Escenografía del teatro Colón, modelando figuras con la superposición de papel y pegamento para crear figuras, lo que se conoce con el nombre italiano de cartapesta.

Así se logran los muñecos gigantes, los ‘cabezudos’ característicos del carnaval de Lincoln donde las Amalas se divierten y, a la vez, contribuyen «al empoderamiento de las mujeres y la equidad, en un espacio de creación y de construcción de vínculos afectivos», resaltaron las coordinadoras.