Quién y qué hizo Angelo Becciu, el poderoso cardenal que dice que Francisco lo «quiere muerto»
La carrera diplomática de Becciu
El cardenal fue durante años un diplomático de carrera en el Vaticano. El 10 de mayo de 2011, el Papa Juan Pablo II lo nombró Secretario para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, cargo que ocupó durante sietes años y que lo llevó a reunirse a diario con el Sumo Pontífice.
En 2017 fue nombrado «Delegado Especial» ante la Orden de Malta por el Papa Francisco. En la carta donde se anunciaba su designación también se aclaraba que Becciu era el único que podía hablar en nombre del Papa ante la Orden. En esa ocasión, Bergoglio le pidió que trabajase «por la reconciliación entre todos sus componentes, religiosos y laicos (de la Orden de Malta)» y que se dedicase a la «renovación espiritual y moral de la Orden, especialmente de los miembros religiosos». Sin embargo, en ese cargo no tomaba decisiones sobre las relaciones diplomáticas de la Orden o sobre sus proyectos, sino que representaba al Sumo Pontífice durante el proceso de actualización de las normas y leyes de este Estado.
Un año después, Francisco lo nombró cardenal cuando asumió un nuevo cargo de dirección del departamento que se ocupa de nombrar los nuevos santos y beatos de la Iglesia. A pesar de esto, el 24 de septiembre de 2020 renunció de manera inesperada, perdiendo así su cargo de Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos y los derechos conexos a su condición de cardenal. «El Santo Padre aceptó la renuncia al cargo de Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y de los derechos vinculados al Cardenalato, presentada por Su Eminencia el Cardenal Giovanni Angelo Becciu», indicó en un comunicado el Vaticano.
Sin embargo, el cardenal reveló a la prensa italiana que la renuncia no había sido voluntaria, sino que lo había hecho a petición del Papa Francisco, quien recibió denuncias de corrupción en su contra. «No robé ni un euro. No estoy bajo investigación, pero si me envían a juicio, me defenderé», dijo luego de que se hiciera pública su renuncia. Además, agregó en una conferencia de prensa en 2020 que «Todo es surrealista. Hasta ayer me sentía amigo del Papa, el fiel ejecutor del Papa».
El escándalo ocurrió a raíz de la compra con fondos de la Secretaría de Estado de un edificio lujoso en Londres. En el negocio participaron intermediarios italianos. Además, la justicia vaticana descubrió que dicha secretaría manejaba un fondo secreto de 700 millones de euros y que se usaba de manera irregular el tesoro del Obolo de San Pedro, fondo donde los feligreses donan directamente al Pontífice para sus obras de caridad.