Entrevista| El escritor Luciano Wernicke recorre las anécdotas más curiosas de los Mundiales

El binomio  fútbol y la literatura es un combo que puede ser exquisitos si sus “ingredientes” están amalgamados de manera inteligente, habilidosa y mágica. No siempre sucede, pero cuando lo hace el resultado es increíble. Entre los diferentes escritores que abordan con maestría este camino, se encuentra el escritor y periodista Luciano Wernicke, quien (entre otras interesantes obras) es creador del libro “Historias insólitas de los Mundiales de fútbol” (Editorial Planeta) donde repasa las curiosidades más divertidas e increíbles ocurridas en los todas las copas del mundo, desde Uruguay 1930 hasta Rusia 2018.

HISTORIAS INSOLITAS DE LOS MUNDIALES DE FUTBOL de WERNICKE, LUCIANO 978-607-07-1970-7Récords, grandes duelos, cábalas enigmáticas y estrellas inolvidables componen esta obra deliciosa que echa luz sobre el costado humano del más popular de los deportes.

Con el dialogamos en exclusiva en CincoDias, para ponernos en clima a una nueva edición de la Copa del Mundo, repasando algunas páginas de un libro que todo fanático del fútbol debería tener en su biblioteca.

Con ediciones en países como México, España, Colombia, Eslovaquia, Austria o incluso Grecia, Japón y Tailandia próximamente, Wernicke considera que el éxito del libro recae en una serie de factores, pero fundamentalmente resalta tres: “que el Mundial sea el hecho deportivo, quizás más importante de la historia de la humanidad, incluso por sobre los Juegos Olímpicos, porque es un hecho social, cultural y político. Porque el futbol es el deporte más popular de todas. Por otro lado la rigurosidad histórica y el profundo trabajo de estudio e investigación. Existe una recopilación de datos que tiene un proceso previo exhaustivo. He trabajado con muchos de los protagonistas (como Bilardo o Kempes) que nutren de un valor agregado las páginas y he consultado cientos de hemerotecas, no sólo de Argentina sino de Uruguay, Estados Unidos y varios países de  Europa. Y por último la posibilidad que le dan a escritores como yo, el hecho de que Maradona hace unos años y Messi en la actualidad sean argentinos. Si fuera chileno o ecuatoriano probablemente las editoriales no me recibirían como lo hacen cuando se enteran de que soy un escritor acá. Ese poder que implican Diego y Lionel sobrepasaron todos los limites, al punto de poner a la Argentina en el primer plano futbolístico”.

Récords, grandes duelos, cábalas enigmáticas y estrellas inolvidables componen esta obra deliciosa que echa luz sobre el costado humano del balompié.

El apasionante recorrido relata, entre otras, historias que incluso no volverán a reiterarse jamás: “Sobre todo aquellas que tienen que ver con jugadores que se negaron a abandonar la cancha a pesar de tener un hueso fracturado o haber sufrido un infarto” explica Wernicke y agrega “eso en la actualidad es impensado. Principalmente porque ahora existen los cambios, segundo por el reglamento FIFA y tercero, sobre todo, por la importancia de preservar la salud del atleta. Por ello es imposible que tras una lesión el jugador no sea sustituido inmediatamente”.

Entre aquellas lesiones épicas el autor recuerda a la protagonizada por José Luis ‘Tata’ Brown, en aquel partido en que la selección argentina derrota a Alemania durante la final de México 1986.

“El defensor se le rompió el hombro, pero que no iba a salir del campo de juego por nada del mundo. Entonces hizo dos agujeros en la camiseta para meter los dedos e inmovilizar el brazo y terminó jugando así. Eso hoy es impensado (aclara entre risas) porque ya el reglamento no le permite jugar con la casaca rota, apenas se mancha de sangre tenes que cambiarla, imagina con dos agujeros donde poner la mano” sentencia.

No salgo ni muerto: la frase que inmortaliza al Tata Brown, a 35 años del título de argentina en el mundial de México 1986

“Ejemplos como estos hay varios, como el que ocurrió con Johan Cruyff, que jugaba con botines Puma. Y como no como quería jugar con remera Adidas, le arrancaba una tira a cada manga. Y jugaba con dos tiras en lugar de tres. Una cosa de locos al día de hoy. Pero en ese momento la FIFA no se dio cuenta” explica Wernicke.

Así entonces cada página implica bucear por los agradables océanos de las historias, las anécdotas, las situaciones más curiosas. Uno inicia conociendo al talentoso mosquetero que antepuso la belleza por sobre el resultado al picar un penal en una final y el honor sobre la trampa al cabecear a un desleal rival lenguaraz, para desembocar en la pareja que se separó tras una fuerte discusión sobre si Lionel Messi era mejor que Cristiano Ronaldo.

En "Historias insólitas de los Mundiales de Fútbol", el argentino Luciano Wernicke investigó una a una las 22 ediciones del campeonato deportivo más importante del mundo, desde Uruguay 1930 (foto) hasta Qatar 2022.

En 1930, por caso, aparece la historia que titula como ‘Técnico dormido’: “Esta anécdota se da en una época donde el técnico, Bob Millar, hacia un poco de todo. Daba indicaciones, la charla, era masajista y asistía a los jugadores golpeados. Cuando se lesiona un jugador, él va con el maletín a asistirlo y cuando lo abre, se le cae un frasco de cloroformo que comienza a derramarse sobre el césped. El técnico respiró demasiado y debió ser retirado al costado del campo por sus propios futbolistas” narra el escritor.

La Copa del Mundo llega a Argentina junto a los campeones de 1978 y 1986 - Revista Q

Sobre el cierre de la charla, Wernicke, derrumba un mito que parecía indestructible: “Sólo los campeones del Mundo pueden tocar la Copa”.

“Es una mentira (ríe). Te cuento un ejemplo claro: el año pasado trabaje en un libro sobre Maradona junto al Profe Fernando Signorini y me relató que en 1986, cuando sale campeón Argentina, luego de que le entregan a Diego la Copa, éste no la quería soltar por nada. Si uno ve los videos o las fotos esta todo el tiempo con la Copa en sus manos. Hasta incluso existe una foto en la que Pumpido la agarra un instante pero Maradona la sigue sosteniendo. Cuándo llega al vestuario, Diego se va a bañar y seguía con la Copa en la mano, sólo ahí la deja un instante y se la da a Fernando para que la custodie (risas), entonces ahí ya la tocó otro que no fue Campeón y se rompe el mito. Pero después en el avión viajó esa misma Copa, pero la tocaron todos para sacarse foto: los jugadores, sus esposas, los dirigentes. Todos” añade.

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En este sentido describe que “incluso en la famosa gira de la Copa, que la organiza una marca de gaseosa, ni siquiera es la original. La verdadera no sale de FIIFA sino hasta que llega a la sede del Mundial. Así que doblemente ridículo ese protocolo, porque se trata de una réplica”.

Pumpido, incrédulo ante la muerte de Maradona: "no caigo" - LA GACETA Tucumán

“Hay fotos incluso de Pasarella en 1978, dando la vuelta olímpica y hay manos de gente tocando la Copa. Eso de que no puede tocar nadie es un invento. Es una ceremonia que se arma, pero no es real. Además hoy vemos como la gente le tira latas de pintura a obras artísticas históricas pero no podemos tocar una Copa (vuelve a reír con ganas) dejemos de embromar” sentencia.

Para CincoDias por Juan José Postararo

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