Santiago del Moro, a horas de su debut en Gran Hermano: “Este medio te puede volar la cabeza”

En diálogo con Teleshow, el conductor revela todos los secretos de la nueva edición del reality y cuenta cómo hace para compatibilizar su profesión con su vida familiar

2200 metros cuadrados de casa, un extenso jardín con pileta y sauna, todo será registrado por 65 cámaras y 87 micrófonos: no hace falta nada más para que comience una nueva edición de Gran Hermano, el padre de todos los realities. Después de seis años sin pantalla, uno de los formatos más revolucionarios vuelve a Telefe desde este lunes a las 21.45 hs. y, en esta oportunidad, será conducido por Santiago del Moro, que ya se muestra muy ansioso y expectante por la gran apuesta que el canal le confió.

Los 18 participantes que entren a “la casa más famosa” se disputarán un premio de 15 millones de pesos y, además de las ediciones diarias que se verán por la emisora de Martínez, el público también podrá seguir la convivencia de los “hermanitos” las 24 horas, a través del canal 141 de Pluto TV. En diálogo con Teleshow, el anfitrión cuenta todos los secretos de esta nueva temporada, y también da detalles sobre su vida junto a María José Sánchez, y sus tres hijas Catalina, Amanda y Santa.

—¿Cómo te llegó la propuesta para conducir Gran Hermano? ¿La aceptaste de inmediato?

—Hace más de un año que viene trabajando Telefe, y a mí me lo comunicaron a fin del año pasado. Cuando me hablaron de Gran Hermano, imaginate, para mí fue el sueño del pibe porque es “el” programa de televisión. Creo que, de una forma u otra, incidió en toda la televisión del 2000 hasta acá, es un formato gigante. Acá se emitió en distintos años, pero en otras partes del mundo nunca paró. A tal punto es esto, que hay convenciones en el mundo sobre GH: todo el tiempo se van agregando cosas. Y por otra parte, todo lo que hice yo, desemboca en este proyecto: desde Much Music hasta Infama, Intratables…todo tiene que ver con una preparación mía, con horas de vuelo, para poder hacer GH, que es un programa infinito en cuanto a la cantidad de cosas que puede llegar a pasar. Es un programa que respeto mucho y para un conductor es todo un desafío.


La nueva casa de Gran Hermano, construida desde cero

—¿Vos ya eras consumidor de GH?

—Es que es imposible estar ajeno. Lo mires más, o menos, está en la calle, en el trabajo, en todos lados. Y siempre te termina identificando, terminás fanatizado con algún participante o criticando a otro, es como un campeonato de fútbol

—¿Pudiste ver los castings?

—Me preguntan mucho por todo lo que tiene que ver con la interna, y yo he tratado de mantenerme alejado de muchas cosas para no perder la frescura. Porque yo soy el nexo entre el adentro y el afuera, pero hay cosas con las que me quiero sorprender igual que el público. Obviamente que conozco la mayoría de los preseleccionados, que son alrededor de 30, pero no escarbé mucho en la vida de ninguno, ni sé de esos 30 cuáles van a entrar. Tampoco conozco la casa terminada, ni conozco en persona a la voz de Gran Hermano. Es más que nada para poder observar con la misma curiosidad que el espectador.

—¿Pero hay algún preseleccionado que te haya llamado la atención?

—El casting presencial se le hizo a más de 20 mil personas, por la página pasaron más de un millón de personas, es una locura la cantidad de gente que por lo menos imaginó sumarse ese programa, entonces para llegar a esta instancia, algo especial tienen.


«Para mí es el sueño del pibe», dice Santiago del Moro sobre su conducción de Gran Hermano

—¿Vos participarías en Gran Hermano?

—Todo el tiempo me lo pregunto. Creo que después de la pandemia, todos estuvimos y aprendimos lo que es estar encerrados. Pero, ¿qué pasa con la abstinencia del celular y con los afecto? Porque todo muy lindo, ¿pero después? Estas conviviendo en una casa con todos desconocidos y es mucho tiempo. Igual yo encaro el programa desde el lado de que es una competencia, por eso los voy a llamar jugadores y jugadoras. El premio es muy grande y tienen que jugar por eso. Y espero también que los que ingresen tengan muchas ganas de estar ahí, porque hay mucha gente que se quedó afuera.

—¿Qué novedades habrá en esta nueva edición?

—Hay miles, porque es un formato que nunca paró. La “Biblia” nunca para de crecer porque es el programa número uno de Brasil, Australia, Alemania, Inglaterra… todo el tiempo se van sumando nuevas reglas. Nosotros queremos comenzar de a poco para no marear a la gente, porque es un programa que está en el corazón de cada argentino, y me parece que tenemos que arrancar como de un punto de partida para que vaya creciendo. El tema de los juegos va a estar bueno, y hay un par de sorpresas que están en carpeta. Ya la casa es descomunal porque tiene muchos ambientes que los otros no tenían, de hecho es una de las más grandes del mundo. Se hizo de cero, e incluye medio estudio de televisión.

—¿Es cierto que los participantes van a tener que ganarse el derecho a ver los partidos del Mundial?

—Ellos se van a tener que ganar todo, como en la vida. No es gente encerrada de vacaciones, tirada en un sillón. Ellos están compitiendo por un premio muy grande, y bajo el ojo de GH.

—Los analistas de El Debate (Laura Ubfal, Gastón Trezeguet, Sol Pérez, Nati Jota y Ceferino Reato) son bastante variados, ¿cuál creés que más va a sorprender?

—Es que eso nunca se sabe. Siempre hay gente que viene de distintos palos. Me parece que la mirada de Ceferino (Reato) va a ser muy interesante, pero no va a tener nada que ver con la mirada de un periodista de espectáculos, por ejemplo. Cada uno tiene una opinión sobre GH, a cualquier persona que le preguntes. Por eso me parece que, cuanto más heterogéneo sea el panel, más rico va a ser.


Los participantes de esta nueva edición de Gran Hermano van a ser sometidos a distintos juegos

—¿Cómo ves la competencia con, por ejemplo, El hotel de los famosos?

—Toda la energía que tengo la pongo en el programa, no opino de programas ajenos. Obviamente que en la televisión hay modas, pero me parece que todos buscamos el mismo fin: que nos vaya bien. La competencia siempre es conmigo mismo, trato de superarme y que el de al lado, haga lo mejor que pueda.

—¿Tu mujer opina de tus trabajos? ¿Va a ver GH?

—Sí, obviamente que la persona te acompaña sabe toda la trastienda. Para llegar hoy hasta GH, hubo mucha previa, muchas cosas, fue un proyecto muy difícil de sacar. Es muy costoso lo que van a ver el lunes: es un mega estudio en Telefé y además está una casa que se hizo de cero, es una inversión multimillonaria. Pero mi vida es muy tranquila y mi mujer no se dedica a esto, aunque siempre me acompaña y su mirada suma.

—¿Cómo vivís la paternidad y compatibilizás el trabajo con la vida familiar?

—Creo que cuando uno tiene ganas y tanto amor como yo, se las va arreglando. Trato de ser el mejor padre del mundo, ojalá me salga, y a su vez tengo mi trabajo. Se puede todo.


Santiago del Moro, entre el éxito en la TV y su vida familiar: «Se puede todo»

—De acá unos años, ¿cómo te ves a nivel profesional?

—No sé, voy día a día (Risas) Lo único que estoy pensando es en GH. Me he preparado mucho y he hecho todos los pasos en la conducción, todo fue en base al trabajo y así he llegado hasta acá.

—¿Te arrepentís de algo que hayas hecho a nivel profesional?

—No, no, ¿por qué me voy a arrepentir? Hice grandes programas de televisión que amé, y ahora ser número uno en la radio (con El Club del Moro, en La 100 FM) desde hace tantos años…mi carrera es el resultado de mucho trabajo, mucha dedicación y remarla.

—¿Como haces para que no te maree el éxito y estar con los pies bien sobre la tierra?

—Es entender que la televisión es un trabajo, y la radio también. Mi vida va por otro lado. Respeto mucho mi vida, respeto mucho lo que hago, trato de que esto no me me arrastre. Este es un medio que te puede volar la cabeza y hay que respetarlo mucho. Toda la vida trabajé para que eso no me pasara, para ser una persona con los pies en la tierra, para seguir siendo el mismo. La esencia es lo que nunca te puede cambiar. Soy muy amigo de Guido Kaczka y nosotros hablamos mucho de eso, fijate que Guido es igual, siendo una persona tan exitosa como es.

—Él ha dicho que hace terapia cuatro veces por semana…

—Yo no, pero me parece que el secreto está en no creerte ni el halago ni la cachetada, mantenerte ajeno a la opinión del otro porque vos tenés que salir libre para poder hacer este laburo. Si estás muy condicionado con la opinión del otro, trabajás para la tribuna, y vos tenés que trabajar para vos y para la gente que lo ve. Y lo lindo de este programa es que es totalmente para el afuera, que es el que decide quién se queda y quién se va, y eso me fascina. Más que nunca, el público es el soberano.

 

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