Informe| Tres grandes obras que serán un antes y después para el Riachuelo

Varias son las generaciones que asocian ya la palabra “Riachuelo” con “Contaminación”. Es que desde hace décadas el rio que atraviesa parte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sigue siendo un lugar decadente. La calidad del agua no mejora, nuevos basurales clandestinos emergen hasta el día de hoy, y la población relocalizada apenas supera el 30% de las soluciones habitacionales acordadas.

“En 1995 vamos a ir allí a pasear en barco, a tomar mate, a bañarnos y a pescar«, había anticipado María Julia Alsogaray, entonces Secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano, el 4 de enero de 1993. Así manifestaba la famosa promesa de los 1000 días. Pero, al concluir las presidencias menemistas, estas palabras eran aún solo palabras, y 2001 hizo que la contaminación del Riachuelo se diluyera entre los problemas económicos y sociales que tuvieron sede en el país.

No obstante, algo rescató del olvido a este curso de agua que se extiende por 64 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y 14 municipios bonaerenses. Se trata de la demanda que presentó un grupo de vecinos, en 2004, contra el Estado nacional, la provincia, la Ciudad y 44 empresas, reclamando la recomposición del ambiente y la creación de un fondo para financiar su saneamiento, así como un resarcimiento económico por daños y perjuicios. Este fue el inicio de lo que se conoce como la Causa Mendoza.

El fallo que emitió la Corte Suprema de Justicia en respuesta, a mediados de 2008, fue histórico: determinó la responsabilidad que correspondía a cada nivel estatal en la prevención y recomposición del daño ambiental, al tiempo que especificó quiénes deberían llevar a cabo las acciones y obras de saneamiento, y su plazo. Por otra parte, y en el marco de esta causa, dos años antes, la Ley 26.168 dio origen a la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar).

En este escenario, ACUMAR articula políticas públicas comunes y coordina los esfuerzos interinstitucionales para la implementación del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA).

El Plan Integral de Saneamiento Ambiental

Según informa el Gobierno de la Ciudad, este fue actualizado en 2016 y es una herramienta de gestión consensuada que permite el accionar coordinado entre los distintos actores que trabajan para resolver la problemática de la región. Este organizado en 14 líneas de acción que responden al logro de los tres objetivos fundamentales:

1) Mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Cuenca

2) Recomponer el ambiente

3) Prevenir los daños con suficiente y razonable grado de predicción

En el marco del PISA, la Agencia de Protección Ambiental desarrolla:

  • Control de contaminación industrial. • Monitoreo de calidad de aire y agua del Riachuelo. • Tramitación de sitios contaminados. • Concientización ambiental junto al Programa Escuelas Verdes. • Restauración ecológica.

La Actualidad

Según un reciente informe oficial presentado por ACUMAR actualmente se están impulsando tres obras fundamentales para el saneamiento ambiental de la Cuenca Matanza Riachuelo. Si bien la problemática es multicausal y profundamente compleja, estos proyectos “nos acercan muchísimo a una de nuestras grandes metas: mejorar la calidad de vida de las y los habitantes de la Cuenca” sostienen.

El Sistema Riachuelo, la obra de ampliación cloacal más importante de los últimos 70 años; el Parque Industrial Curtidor en Lanús, que contará con una planta de tratamiento de efluentes líquidos y un centro de investigación; junto al traslado del Mercado de Hacienda de Liniers a Cañuelas que ya es una realidad, son sin dudas, un punto de inflexión para el saneamiento.

El presidente del organismo, Martín Sabbatella, aseguró que “el principal objetivo de ACUMAR es la recuperación de la Cuenca y para lograrlo nos propusimos poner todo de nuestra parte para que estas obras se finalicen lo antes posible y con completa adecuación a las normativas ambientales”.

La Cuenca Matanza Riachuelo es parte de la semblanza de un país, de un territorio con más de 200 años de historia y memoria. Según el parte oficial “El desafío de trabajar para su recomposición y saneamiento implica tener en cuenta estas características y entender que es imprescindible contar con estrategias que contemplen la inmensidad de una tarea en la que también son protagonistas quienes transitan, trabajan, estudian y viven en la Cuenca. Una de esas estrategias es atacar el origen de la contaminación que se remonta a los tiempos de la colonia”.

“El Sistema Riachuelo es la mega obra de saneamiento más importante del país. Su diseño consta de tres grandes componentes: el colector margen izquierda, el emisario subfluvial en el Río de La Plata y la planta de tratamiento que une ambas instalaciones para que funcionen integralmente. Se trata de una ampliación cloacal que beneficiará a más de 4.3 millones de habitantes en la región y, en un futuro, permitirá incorporar a 1.5 millón de habitantes a la red de cloacas, evitando así que los desechos orgánicos se viertan directamente en el cauce del Riachuelo, lo que constituye hoy una de sus principales causas de contaminación” sostienen.

En el informe, ACUMAR, agrega que “será un verdadero cambio de escenario para la Cuenca. Esta megaobra, que emplea a más de 1.500 trabajadores, tiene un presupuesto que supera los 1.200 millones de dólares y es financiada gracias a un crédito del Banco Mundial y a los aportes del Tesoro Nacional”.

¿Qué dicen las ONG?

Hace semanas, como contrapartida del informe del Ente Oficial, cuatro ONGs (Asociación Vecinos La Boca, FARN, CELS y Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos) que forman parte del Cuerpo Colegiado que debe velar por el cumplimiento de la sentencia de la CS, emitió una “Carta Abierta” donde advierten que “La calidad del agua del Riachuelo no ha mejorado, nuevos basurales clandestinos emergen hasta el día de hoy, y la población relocalizada apenas supera el 30% de las soluciones habitacionales acordadas en 2010”.

“Con las descargas autorizadas por las resoluciones de ACUMAR, las industrias siguen liberando sustancias contaminantes al agua y no tienen límites establecidos para sus emisiones de gases y partículas tóxicas a la atmósfera. Efluentes orgánicos y cloacales se vierten sin el tratamiento adecuado. Cuando se concluyan las obras del “Proyecto Riachuelo” parte de ellos se descargará en el Río de la Plata sólo con un pretratamiento que retendrá sólidos y arenas, pero dejará pasar bacterias y químicos tóxicos disueltos”, continúan explicando.

La sociedad civil advierte: “Las villas y asentamientos se expanden sin servicios urbanos básicos y el volumen de residuos sigue aumentando de manera significativa, sin contar con sistemas de gestión integral como lo ordenara la Corte allá por 2008”.

“El saneamiento del Riachuelo, aún con la constitución de la Autoridad de Cuenca, no se ha transformado en una política de Estado porque ni las dirigencias políticas ni los gobernantes han asumido sus responsabilidades en esta materia que afecta la salud y la expectativa de vida de la población. Hasta que ello no suceda la posibilidad de lograr mejoras significativas en esta deteriorada cuenca será un objetivo inalcanzable. Es necesario reorientar el proceso de saneamiento, no solo para salvar falencias pasadas sino –principalmente- para definir una política y una gestión ambiental renovada que, a partir de una estrategia de sostenibilidad, conduzcan a la consolidar el derecho a “un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras”, como lo consagra el art. 41 de la Constitución Nacional”.

“Somos totalmente conscientes de que procesos de tan alta complejidad no pueden resolverse de la noche a la mañana, lo sabemos porque hace casi tres lustros que perseguimos el cumplimiento de los mandatos impuestos por la Corte. Hoy a 14 años del fallo, el saneamiento del Riachuelo sigue siendo otra de las tantas promesas incumplidas”, culmina la carta.

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