Ministerio de Transporte ya realiza la vigésima edición de controles de alcoholemia en todo el país

El Ministerio de Transporte lleva adelante hoy la vigésima edición del operativo Alcoholemia Federal, a través de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), junto a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), que coordina el trabajo entre Nación, provincias y municipios para desalentar el consumo de alcohol al volante.

La iniciativa que comenzó en diciembre de 2020 con un 8 por ciento de casos de alcoholemia positiva, logró que, durante la última edición, en junio de este año, ese porcentaje bajara al 2%.

De manera coordinada, la ANSV, la CNRT -organismos que dependen de la cartera encabezada por el ministro Alexis Guerrera-, las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipios de todo el país llevan adelante miles de test de alcoholemia durante toda la jornada para controlar a los conductores.

Esta iniciativa comenzó en diciembre de 2020, donde los casos de alcoholemia positiva fueron el 8%. En la última edición de junio, el 2% de los conductores testeados circulaba con nivel del alcohol en sangre mayor al permitido, mientras que el 96% registró alcohol cero.

Desde su implementación ya fueron controlados más de 130 mil conductores, y los resultados marcan una tendencia progresiva a la baja de acuerdo a quienes consumen alcohol y luego conducen un vehículo, evidenciando que el control impacta de inmediato en el comportamiento de los conductores.

“Estos resultados son una demostración clara que los controles salvan vidas y que también sirven para generar conciencia entre los conductores. El alcohol al volante solo tiene consecuencias negativas y en muchos casos con daños y pérdidas irreparables», señaló Pablo Martínez Carignano, director ejecutivo de la ANSV.

Y añadió: «Estamos convencidos de que este es el camino, con todas las jurisdicciones trabajando juntos para erradicar el alcohol de la conducción”.

Lo que sucede al consumir alcohol (aunque sea en cantidades mínimas): disminuyen las capacidades motoras y de visión, se altera la toma de decisiones, se ralentizan los reflejos y reduce la atención y la agudeza visual.

También puede provocar una falsa sensación de seguridad y pérdida de inhibiciones, situación que puede exponer conductas temerarias como exceder la velocidad y/o no utilizar el cinturón de seguridad o casco.

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