Un meteorito de Marte puede dar varias respuestas del «Planeta Rojo»

Los científicos de la Universidad de Curtin estudian un meteorito marciano, en la que han encontrado la primera evidencia de daño de alta intensidad causado por el impacto de un asteroide. Esta evidencia nos ayuda a comprender como fueron las condiciones adecuadas para la vida en el Marte primitivo.

El meteorito NWA 7034, coloquialmente conocido como “Belleza Negra” es una rara muestra de la superficie de Marte. La roca original de 320 gramos se encontró en el norte de África y se informó por primera vez en 2013. Los investigadores  consideran al meteorito como una colección de fragmentos de roca y minerales rotos, principalmente basalto, que se solidificaron y se convirtieron en una roca.

Estudios previos de circón en meteoritos marcianos propusieron que las condiciones adecuadas para la vida en Marte pueden haber existido hace 4.200 millones de años en base a la ausencia de daño por choque definitivo. Marte permaneció sujeto a bombardeos de impacto después de este tiempo, en la escala conocida por causar extinciones masivas en la Tierra. El circón que describen en la investigación proporciona evidencia de tales impactos y destaca la posibilidad de que la habitabilidad haya ocurrido más tarde de lo que se pensaba anteriormente, ya que los accidentes geográficos en Marte sugieren que el agua líquida fluyó en la superficie desde 3.800 millones de años y que una atmósfera espesa temprana puede haber facilitado las condiciones habitables.

Meteorito rico en agua extraterrestre

Además, hasta la fecha, se trata del único bólido marciano datado en más de 2.000 millones de años, lo que corresponde con el inicio de la época geológica más reciente de Marte, la denominada era Amazónica que llega hasta la actualidad.

El contenido de agua que encontraron los investigadores en el meteorito deja la cantidad que alberga el resto de bólidos marcianos en niveles casi ridículos. «La química es consistente con un origen superficial y con la interacción con la atmósfera marciana», dice Agee. La abundancia de agua, de unas 6.000 partes por millón, indica, según los autores, que el meteorito estuvo en contacto con la superficie marciana hace unos 2.100 millones de años.

«Quizá lo más apasionante es que el alto contenido de agua puede significar que hubo una interacción de las rocas con el agua de la superficie marciana o de fluidos de cometas que impactaron con el planeta rojo en aquella época», asegura Andrew Steele, científico del Laboratorio de Geofísica de la Institución Carnegie de EEUU y autor del estudio geoquímico del nuevo meteorito.

El NWA 7034, encontrado por el rastreador y comerciante de meteoritos marroquí Aziz Habibi y vendido después a Jay Piatek, no tiene nada que ver con ninguno de sus predecesores. «La textura del meteorito NWA 7034 no se parece en nada a ninguno de los anteriores. Está formado de fragmentos de basalto cementados, un tipo de roca que se forma tras en enfriamiento rápido de la lava volcánica», asegura Steele.

Por ese motivo, y basándose en los estudios realizados por los vehículos enviados a la superficie de Marte y por los orbitadores que estudian el planeta rojo desde el exterior, los investigadores creen que este tipo de rocas basálticas encajan a la perfección con un origen de las capas más superficiales del planeta rojo, ya sea de la corteza o de la capa más externa del manto interno.

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