El lila intenso de los jacarandás ya tiñe las calles porteñas: son 19 mil y se planea duplicar su cantidad

Como en cada noviembre comenzó el proceso de floración de la especie, según los datos actualizados por la Dirección General de Espacios Verdes y Arbolado en las veredas porteñas habitan 13.872 jacarandás; en tanto, otros 5.050 habitan en espacios verdes.

Comenzó el proceso de floración de los jacarandás y  la ciudad se tiñe de un lila intenso en sus calles y también en parques y plazas. Durante unas cuatro semanas sus flores de 4 a 5 cm de largo permanecerán en las copas, luego caerán y tapizarán las veredas y los cordones de las calles porteñas con su color violeta. Avanzando hacia la temporada estival en sus ramas irregulares y algo tortuosas volverán a brotar hojas que le darán más volumen a sus copas.

Según los datos actualizados por la Dirección General de Espacios Verdes y Arbolado en las veredas porteñas habitan 13.872 jacarandás; en tanto, otros 5.050 habitan en espacios verdes. Es el cuarto árbol más presente en el espacio público porteño, detrás del fresno americano, el plátano y el tilo. Las zonas con más población de esta especie son las avenidas Figueroa Alcorta, Sarmiento, 9 de Julio y San Juan. También se los puede ver en lugares como la Embajada de los Estados Unidos, el Parque Los Andes y el Jardín Botánico.

La intensidad de su color se la debe a un detalle muy particular de la especie, florece después de haber desprendido la mayoría de sus hojas; entonces las flores brotan de sus ramas sin que nada las opaque, aparecen como un espectáculo único que deslumbra cada año a los vecinos. Pero su popularidad no es sólo local, su belleza es también parte del atractivo y argumentos que presentan las agencias de viajes para promover la visita de la Ciudad entre mediados de noviembre y diciembre.

Como una sinfonía a tempo acompasado el arbolado público porteño muestra todo su esplendor a través de las distintas floraciones que se suceden en forma escalonada desde el inicio de la primavera. Esta verdadera concatenación fue planificada y ejecutada desde finales del siglo XIX y se mantiene en la actualidad. Desde comienzo de la primavera se van sucediendo primero el rosa de los lapachos, le sigue el rojo tomate de los ceibos y, a partir de noviembre, el violáceo de los jacarandás aparece en todo su esplendor.

“Desde la Ciudad tenemos el objetivo de duplicar la cantidad de ejemplares de esta especie en los próximos 10 años”, afirmó Julia Domeniconi, secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal, a cargo de BA arbolado, e informó: “El Jacarandá es una de las especies definidas como prioritarias por el Plan Maestro de Arbolado, además de ofrecer importantes beneficios ambientales para los vecinos, se destaca por las postales bellísimas que genera y que son retratadas por los vecinos y los ocasionales visitantes”.

El árbol se convirtió en un emblema para los vecinos de la ciudad, tanto que en 2015 fue declarado árbol distintivo de la Ciudad Buenos Aires por la Legislatura porteña. Aunque se trate de una especie que no es nativa, ya que es originaria del noroeste de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay, se volvió parte de la geografía urbana y de la historia de la Ciudad, siendo protagonista pinturas que los retratan y de canciones como la de María Elena Walsh.

“El jacarandá es uno de los árboles con mayor belleza paisajística de la Ciudad y está recomendado para ser plantado tanto en vereda con en espacios verdes, por eso es una de las especies que también producimos en nuestro vivero” señaló Victoria Roldán Mendez, subsecretaria de Gestión Comunal. En tanto Florencia Valía, Directora General de Espacios Verdes y Arbolado explicó: “Es un árbol que tiene características muy favorables para el arbolado público porque sus raíces no son invasivas, su madera es resistente y su follaje genera una amplia sombra».

La especie fue incorporada al paisaje urbano por el diseñador francés Carlos Thays a finales del siglo XIX. Como director de Parques y Paseos, creó el Jardín Botánico y organizó expediciones al Norte argentino para buscar flora con valor ornamental que pueda habitar en la ciudad. El ibirapitá, el lapacho rosado, el palo borracho acompañaron al jacarandá en un mismo recorrido con el propósito de embellecer aún más las veredas, parques y plazas porteñas. Su implantación demandó una  adaptación experimental por las diferencias de temperatura entre la Ciudad y el norte Argentino, su lugar de origen.

La Ciudad a través de las Comunas y la Dirección General de Espacios Verdes y Arbolado desarrolla un plan de forestación y mantenimiento del arbolado público con un equipo de profesionales provenientes de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Todos los años se realiza la plantación de nuevos ejemplares con el objetivo de incrementar el bosque urbano y asegurar las condiciones de seguridad de las personas.

Para 2021 se planificó plantar  unos 16 mil árboles, una cifra que permitirá reponer e incrementar el arbolado. Jorge Fiorentino, ingeniero agrónomo especializado en gestión de arbolado y espacios verdes urbanos, detalló las variables que la Ciudad tiene en cuenta a la hora de elegir los nuevos ejemplares. “El principal factor es la seguridad, lo que deriva de su madera, forma y estructura. La madera de los árboles plantados debe ser resistente y fuerte. El nombre del jacarandá significa precisamente “madera dura”.

Los expertos aportan más información y señalan también que es importante la velocidad de crecimiento y la longevidad; o sea, que se valora dentro de los aspectos la cantidad de años que un ejemplar puede permanecer en pie y ofrecer sus beneficios ambientales. Otro aspecto a tener en cuenta es que las raíces de los árboles posean un desarrollo contenido para que no afecten en demasía las veredas y, con respecto al follaje, que la hoja sea caduca para permitir la sombra en verano y el paso del sol en invierno.

La Dirección General de Espacios Verdes y Arbolado forma parte de la Secretaría de Atención Ciudadana y Gestión Comunal,  trabaja para cuidar del bosque urbano porteño, promover su crecimiento saludable y concientizar sobre la importancia de cada uno de sus árboles. A través de esta Dirección General la Ciudad fue reconocida por el programa “Tree Cities of the World 2020” de la Arbor Day Foundation y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura a principios de este año por la gestión del arbolado público porteño.

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